Los planes sociales y la cultura del "No Trabajo"

Cada año, el gobierno argentino destina cientos de millones al mantenimiento de sus planes sociales. Al día de hoy, existen al rededor de sesenta planes sociales cobrados por más de dieciocho millones de beneficiarios. Dichos planes permiten poseer casas, autos o simplemente dinero sin más esfuerzo que engendrad, estudiar, entre otras cosas. Todo proporcionado por el Estado, o sea, por el trabajo de los argentinos. Vale destacar que quienes cobran estas pensiones no trabajan regularmente o lo hacen "en negro".
A esto busco llegar: Los planes sociales no solo generan una pérdida al país por lo que se gasta en ellos, también lo hace generando un déficit de empleados y profesionales que afecta a la producción nacional. Decía Jorge Lanata: Lo ideal sería que no haya tantos planes sociales de manera que la gente trabaje y pueda mantenerse por si misma". Los subsidios no están mal, son necesarios, sin embargo están mal aplicados en nuestro país.
La mayoría de estos planes contradicen el principio de subsidiariedad propuesto en la Doctrina Social de la Iglesia y aceptado a nivel mundial. El mismo, afirma que el Estado debe suplir a la empresa (o particular) en lo que no pueda cumplir por sí misma. Pero dicha acción debe fomentar el crecimiento del beneficiario para que luego pueda auto-sustentarse. "Dale al pescador las redes y no el pescado en la mesa todos los días" reza el proverbio relacionado con este principio por su contenido. 
El aumento de beneficiarios y subsidiados se debe a que en la Argentina hay una marcada presencia de la cultura del "no trabajo". Esta mala costumbre del argentino a recibir excesiva ayuda estatal (a ser "mantenidos"), trae como consecuencia una reducción del empleo y menor número de estudiantes tanto escolares como universitarios. Lo que lleva a una menor producción y a la necesidad de pedir grandes préstamos al exterior contrayendo deuda externa. La cual, sumada a la pérdida de dinero en subsidios, se traduce en deuda pública. 
Los problemas económicos en nuestro país encuentran su causa parcial y casi total en esta cultura del "no trabajo" fomentada por el gobierno de turno. El problema pasa así al plano cultural, está en la mentalidad del pueblo. La gente llora miseria y, en lugar de trabajar para salir de ella, exige un aumento en el subsidio.
El pasado viernes primero de Mayo se celebraba el Día del Trabajador. Lectores, los invito a trabajar porque el trabajo dignifica al hombre, el trabajo es la mejor distracción, el trabajo es la mejor forma de vivir mejor honestamente. Si todos ponemos nuestro grano de arena, desde nuestro lugar, vamos a construir un país mejor. El número de beneficiarios crece cada día arrojando cifras abrumadoras. Si todos cobramos planes sociales, ¿Quién trabajará?
 Nicolás P. Aréa 

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